Materialismo. Es una de las palabras clave actualmente. ¿Quién, en el primer mundo, no es materialista? Hay pocos que no lo son, pero menos aún que reconozcan que sí. Vivimos en un lugar en el que lo más importante es tener. Tener. Tener. Tener. Es un vicio. Los oídos se agudizan cuando escuchan las expresiones "rebajas", "mitad de precio" o incluso "2x1".
Prestan atención a las ofertas, a los anuncios. A cualquier cosa que nos permita comprar pudiendo permitírnoslo... o incluso sin poder hacerlo. Yo misma hoy me he alegrado cuando me he enterado de que tendría un móvil nuevo, un móvil. Un teléfono.
Este es nuestro mundo. Un mundo en el que la tecnología y la industria está a disposición del hombre para crear una vida menos natural y más material. Una vida en la que puedes llegar a tener más conversaciones escritas que habladas.
Una vida en la que un móvil es más importante que una persona. En la que una televisión es más importante que una noticia. Y es que, la verdad, no me gusta vivir en un mundo en el que importa más recibir un móvil que recibir una llamada.

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